Las prendas de la pollera están compuestas por cadenas o collares para el pecho de la empollerada, peinetas para la cabeza y accesorios para las manos como anillos, brazaletes y aretes o zarcillos. Estas prendas son por lo general confeccionadas en oro macizo o plata bañada en oro por orfebres especializados en el joyero para la pollera. También se puede conseguir en el mercado cadenas de fantasía hechas industrialmente en serie que se pueden utilizar con las polleras en cualquiera de sus variantes. Cabe destacar que estas cadenas de fantasía no son tan durables como las artesanales y por lo general no poseen un acabado muy fino y detallado como el realizado por orfebres. Los collares se pueden calsificar en cadenas abiertas o cerradas.
En cuanto a la cantidad de cadenas que se deben utilizar, la práctica general es que se coloquen de 7 a 10 cadenas. A continuación describimos algunas de las cadenas utilizadas:
Cadenas y collares de la Pollera
Cadenas Cerradas:
El Cabestrillo
Es una cadena con escudos coronados que recuerda las condecoraciones que se usaron, en otros tiempos, en las cortes europeas. Muchos de estos cabestrillos ostentan monedas con efigies de reyes y escudos de la nobleza española.
Tradicionalmente, las monedas se colocan de mayor a menor. En los extremos, se ponen las más grandes; las demás, van repartidas de par en par en la cadena. El cabestrillo lleva desde «los medios de oro» (monedas pequeñas), hasta las más grandes.
En relación con los adornos, son poco comunes, las incrustaciones de piedras preciosas en las coronaciones. Si éstas son de tamaño exagerado, le quitan vistosidad a las demás joyas.
Algunos cabestrillos son tan largos, que alcanzan a anudarse, dos veces, en el cuello. Entre los aderezos de las empolleradas de los pueblos de Guararé y Santo Domingo, Pedasí, La Palma y San José, nunca se ha visto usar cabestrillos con las coronaciones que duplican el tamaño de la moneda.
En referencia al costo de las monedas, éste va de acuerdo con el tamaño. Antiguamente, las más grandes valían 20 balboas; hoy cuestan alrededor de quinientos o más. Los cabestrillos resultan ser las cadenas de más valor monetario.
Las monedas pierden su valor numismático, cuando están soldadas, directamente a las coronaciones. Recomendamos el uso de aros que las protegen de este riesgo.
La gente del interior del país ha creado denominaciones regionales en relación a las monedas: el medio de oro, el doblón, la media onza, la onza entera, el indio y la Reina.
Hay monedas muy antiguas con las efigies de Napoleón, Carlos III y Rafael Carrera, (1792,1794), que las familias conservan en frascos de vidrios, latas pequeñas con tapaderas y en cántaros. Muchas veces sus propietarios, por avaricia, las entierran y al fallecer, los familiares no las pueden encontrar.
La Cadena Chata
Está formada por plaquitas labradas y articuladas. Las hay de varias clases, unas más anchas, otras más angostas. Algunas, están adornadas con la «María» que es símbolo del cristianismo: «fe, esperanza y caridad». Otras van con la llamada «Cruz de Caravaca» y las hay con terminaciones de monedas coronadas, un pez de oro, una cruz o un ancla.
Nadie puede establecer que tal o cual cadena de la pollera tienen que llevar colgado un adorno específico. Cada propietario le coloca el que esté al alcance de sus posibilidades, siempre que sea un adorno usado para las cadenas de las polleras.
El Escapulario
Consiste en una cadena que tiene en sus extremos dos placas de oro rectangulares de más o menos una pulgada y media de ancho y dos pulgadas de largo; es trabajado con diseños copiados de los escapularios que se hacen de tela. Sobre placas de oro mate estampan una cruz y una (S) en oro bruñido. La cruz es el símbolo del cristianismo y la (S) significa sagrado o santísimo.
Algunos escapularios tienen sus bordes lisos; otros están trabajados con filigranas o incrustaciones de piedras preciosas, algo menos corriente. Las cadenas que los sostienen pueden ser de diferentes tejidos; las hemos visto en «cola de pato», cabestrillo, con cadena de brillos. Lo más probable es que se usaron desde los tiempos de la Colonia con fines religiosos y de ahí pasaron a llevarse con la pollera.
El escapulario y el rosario son dos joyas valiosas relacionadas con los relicarios de nuestra religión; testimonios de que la nación que conquistó nuestras tierras, con la espada y con la cruz, puso el sello religioso en nuestras costumbres populares.
La Cadena Salomónica
Es llamada así, porque su tejido se asemeja las curvas que tienen las columnas propias de la arquitectura salomónica. Su valor depende del peso y tamaño. Recientemente hemos visto algunas que son un poco más cortas que las otras cadenas, (34 ó 36 pulgadas). Colocada en el pecho, queda un poco más arriba de la cintura. Algunas, muy antiguas, alcanzan a darle dos vueltas al cuello; otras, están adornadas con un par de monedas coronadas que se colocan un en la espalda y otra sobre el pecho; ciertas cadenas tienen una argolla de oro grande donde se cuelga un pez de oro afiligranado.
La Cadena Media Naranja
Sus eslabones tienen parecido con las tajadas de la naranja. La hemos visto adornada con una o dos monedas coronadas, un pez o una cruz. Lo más común es la moneda. Hay cadenas de este tejido, tan fino y sólido, que suele llamárseles cadena «naranja entera». En este caso, se trata de una pequeña variante del trabajo.
La Cadena de Dijes
Hemos tenido conocimiento de la existencia de una cadena de «dijes», (pequeños cascabeles de oro), que tienen ciertas personas en la capital, y que hemos visto entre las empolleradas en el interior. Hace mucho tiempo, estos dijes o cascabeles de oro eran obsequiados por los padrinos, en los bautizos de los niños.
El Rosario
Se cree que la costumbre de usar el rosario con la pollera fue copiada de las gitanas. Opinamos que éste ha seguido la trayectoria de los escapularios; ambos, relacionados con nuestra orfebrería religiosa.
En Panamá son muy admirados los trabajos de los rosarios que usan las empolleradas. Son muy famosos los de filigranas confeccionadas en los talleres de los Hermanos Castro de Pedasí: Villarreal, de La Palma y Pablo Epifanio de Las Tablas. El rosario de filigrana es el más popular, pero los de perlas y corales con filigrana, rivalizan en hermosura y valor. El rosario que se luce con la pollera no lleva Cristo; sólo una cruz trabajada en cualquiera de las técnicas de la depurada orfebrería.
La Guachapali
La cadena guachapali recibe su nombre de un árbol llamado guachapelí el cual es un árbol distintivo del distrito de Chitré. Estas cadenas son trabajadas con oro a la que se le da la forma de hojuela de avena y termina en un rasca oídos. A pesar de ser una de las piezas mas delicadas esta es colocada al final del arreglo.
La Abaniquera
La cadena abaniquera como lo dice su nombre es una cadena con un diseño complejo que se utiliza para colgar el abanico de mano.
El Tapahueso o Gargantilla
Con una cruz o medalla de oro, se usa para tapar el hoyuelo que está en la garganta; lo cual es un detalle aristocrático, muy de moda en Europa, para adornar el cuello de las damas cuando llevan amplios escotes.
Las gargantillas tienen hermosos trabajos en oro bruñido, opaco, afiligranado en diferentes tonalidades, con figuras de corazones, anclas, mariposas entre otros. Estas ostentan delicadas piedras preciosas, perlas y filigranas.
Esta joya es la más adecuada para sustituir la cinta de terciopelo o satín negro que se usa con una cruz o medalla en el cuello. Es de advertir que esta última, era para vestir con la pollera montuna y su uso está generalizado y aceptado para la pollera de Lujo.
Candenas Abiertas:
El cordón abierto
Con un pasador de mosqueta o con otro trabajo de orfebrería es una prenda de la pollera muy delicada. El pasador es usualmente de una elaboración muy artística; algunos están hechos sobre una lámina de oro opaco con labores en hilo de filigrana, crestería de perlas y se desliza en un par de hilos de oro fino, que llaman «tejido italiano»
El cordón con la mosqueta es más sencillo; generalmente se usa abierto; su tejido es fino y delgado parecido al que llamamos «cola de pato»; en los extremos cuelgan campanillas con brillos.
Cola de pato
Es una cadena terminada en campanillas con brillos se cierra con un pasador o broche el cual imita de flor de papaya.
La Solitaria
Esta es otra variante de la cadena chata. Consiste en una serie de plaquitas, casi cuadradas, que van eslabonadas imitando al parásito llamado tenia o solitaria y que terminan en un par de campanillas de oro. Siempre se ha visto abierta y con un pasador de oro.
Cadena Bruja
Es una variante de la cadena chata con los eslabones en forma de Z alargada que, al moverse, cambian de forma. La hemos encontrado abierta y con el típico pasador llamado «flor de guate». En sus extremos tienen un par de campanillas trabajadas con lámina, filigrana y brillos.
Joyas para la cabeza de la empollerada
Peinetas:
Peinetón de corte ovalado y recto
En una encuesta realizada en el área del Distrito de Las Tablas, investigamos que la mayoría de las empolleradas de estas regiones, usan la peineta ovaladay con mayor frecuencia, la grande, de carey y oro, de corte recto (peineta de teja por la curva de su forma parecida a una teja), adornada con perlas, brillos o sin ellos.
El uso del peinetón de corte ovalado, no estaba muy generalizado. Las cabezas eran adornadas con dos o tres pares de peinetas: las de brillo, perlas, balcón o las que llevaban corales. Dos pares que se colocan a los lados, otro par, en el espacio que dejan éstas en la parte de atrás.
El uso de la peineta ovalada se extendió hasta el extremo de la Península de Azuero, al construirse la carretera que une las provincias centrales hasta Panamá, durante la administración del Dr. Belisario Porras y fue complemento del tocado de las empolleradas.
Las Peinetas
En las regiones santeñas, poco se usaron las peinetas con robacorazones; las que existen en los cofres son adquiridas hace poco tiempo. Generalmente, las peinetas son de corte recto y sin robacorazones. A nuestro modo de ver, la espiral de oro no encaja como complemento de los adornos que llevan las empolleradas. Estas espirales, en los peines, son más usadas en Ocú y sus campiñas. Los parches o pensamientos son más populares en el resto de las provincias.
Los Robacorazones
Son peinetas originarias de las provincia de Veraguas las cuales terminan con un espiral sobre la cien y son colocadas primero que las peinetas.
La Pajuela
Doña Matilde Obarrio de Mallet, nos dice sobre la Pajuela: «Un encantador adorno del cabello conocido como Pajuela, es una copia del puñal que algunas gitanas acostumbran llevar en el cabello». «Una de las Pajuelas de mi colección, tiene una hoja de oro sólido, exquisitamente labrada, mientras que el mango es un trabajo de arte en filigrana y perlas; en el reverso de la hoja en gancho, para sujetarla al cabello.
Prendas Complementarias
Existen otras joyas que complementan el aderezo de La Pollera, por lo general son accesorios como pulseras, botones y broches entre otros.
Los botones para las enaguas
La empollerada usa cuatro u ocho botones para sostener el amarren de las enaguas y la pollera. Tienen una pequeña argolla de oro sólido donde se anuda la cinta de hiladillo que los engarza. Estos se amarran atrás y delante de la cintura. La mayoría de ellos están trabajados en «Tomatillo o flor de Papayo», diseños muy tradicionales que han tenido poca variedad.
Las Pulseras
El uso de éstas, con la pollera, es convencional. Es poco corriente llevar una pulsera con diseño parecido a los adornos que tiene la cresta de la peineta de balcón. Lo más corriente es que la empollerada lleve algunas pulseras de oro puro, esclavas con dijes o monedas de oro, semanarios y otros. No deben usarse pulseras de plata, de fantasía, ni dijes.
La Tostada o Tumbadillo
Esta joya la dio a conocer la señorita Ramona Lefevre, persona adinerada de la ciudad capital. Nunca hemos visto en el interior del país, dama vestida con la pollera que lleve «la tostada». Jamás la han usado en nuestros pueblos, donde gran cantidad de damas entusiastas, lucen polleras el martes de Carnaval y exhiben lo más valioso de sus cofres tradicionales.
Una cuidadosa encuesta entre más de cincuenta a sesenta personas, de 60 a 85 años de edad, en los lugares donde más se cultiva el traje nacional, nos llevó a la conclusión de que nadie conocía esta joya como aderezo para la pollera y es, justamente, en los poblados, donde se busca y se encuentra lo más genuino de nuestro folklore.
Si algunos joyeros la ofrecen hoy, como complemento de la pollera, es labor de personas con interés únicamente particular y comercial. Esta joya existió, pero no se hizo ni se ha hecho tradicional.
Las Hebillas de Oro
Son hechas con diseños en forma de lazos y mariposas; aproximadamente tienen dos y media pulgadas de largo y una y media pulgada de ancho. Están adornadas con grabados de corolas de flores y arabescos. Las hebillas se complementan con un lazo de cinta del mismo ancho y color del gallardete y las lanas. Otros, colocan la hebilla con el lazo de satín sobre una media luna de tela blanca adornada con pequeños trocitos de encajes valencianos recogidos y pegados en el borde.
Los Broches de Oro
Algunas cadenas llevan broches de oro que están adornados con piedras preciosas, tomatillos o hechos en láminas de oro. Son adornos adicionales que sirven para abrochar, sobre la camisa de la pollera algunos cordones o cadenas. La colocación de ellos es convencional.